Las enfermedades reumáticas son aquellas que afectan al aparato locomotor de una persona. Podríamos empezar a enumerarlas, pero incluyen más de 200 patologías distintas y, en nuestro país, afectan a 1 de cada 4 pacientes mayores de 20 años, es decir, a un 25% de ellos. De entre todas ellas, las más frecuentes o comunes durante el embarazo son: artritis reumatoide o psoriásica, artrosis, fibromialgia, gota, osteoporosis o vasculitis, entre otras muchas.

Y, cuando nos planteamos un embarazo, todo se cuestiona, incluso, si este tipo de enfermedades puede influir o no en la gestación, en la lactancia materna y, en muchos casos, si es posible el éxito del propio embarazo.

Las mujeres con enfermedades reumáticas pueden tener hijos como cualquier mujer sana, aunque es necesario planificar el embarazo con el reumatólogo y contar con un equipo multidisciplinar que sepa abordar de forma adecuada las posibles complicaciones que puedan presentarse.

En este campo, los expertos reumatólogos, que buscan siempre mejorar su formación en este ámbito, nos plantean nuevas recomendaciones para lograr un embarazo con éxito.

Porque sí, “las mujeres con enfermedades reumáticas pueden tener hijos (igual que los puede tener cualquier mujer sana), aunque con matices, pues es necesario planificarlo junto a tu médico y contar con un equipo multidisciplinar que sepa abordar correctamente las posibles complicaciones que se presenten”.

Planifica el embarazo.

La planificación del embarazo en la mujer con enfermedad reumática es imprescindible para conseguir un embarazo exitoso. Desde el momento de su diagnóstico las mujeres en edad fértil deben recibir información sobre el manejo de su enfermedad en esta etapa.

¿Cuándo te podrás quedar embarazada?

Es importante tener controlada la enfermedad al menos de 3 a 6 meses antes de quedarse embarazada, incluso 12 meses en pacientes que han sufrido brotes graves.

Sin temor a la medicación

Durante la planificación y el embarazo se aconsejará interrumpir aquellos tratamientos menos seguros como, por ejemplo, metrotexato, leflunomida, micofenolato de mofetilo, o algunos biológicos. Otros tratamientos ya han demostrado ser compatibles con el embarazo y el médico indicará cuál es el tratamiento adecuado, con el fin de controlar la enfermedad y evitar un cambio de tratamiento durante la gestación.

La importancia del seguimiento del embarazo.

Cuando una mujer con una enfermedad reumática y especialmente en enfermedades autoinmunes sistémicas como el lupus, el síndrome de Sjögren o la esclerodermia, queda embarazada se debe mantener un contacto estrecho entre reumatólogos y obstetras, para un control riguroso del embarazo.

Durante el parto.

La vía del parto preferida en todas las mujeres, salvo que esté contraindicado por motivo obstétrico, es la vaginal y en las mujeres con enfermedades reumáticas también lo es. Lo ideal es que el parto se inicie de forma espontánea, aunque dependiendo de si han aparecido complicaciones maternas o fetales a lo largo de la gestación se puede plantear la inducción según criterio del obstetra.

¿Es posible recibir anestesia epidural?

Normalmente no hay ningún motivo por el que una mujer con enfermedad reumática no pueda recibir este tipo de anestesia, siempre según el criterio del anestesista, teniendo en cuenta su enfermedad y medicación que utiliza.

¿Qué hacer durante el puerperio?

En esta etapa es importante extremar la vigilancia, dado que son frecuentes los brotes de la enfermedad. Esto, además, es un punto que preocupa mucho a las mujeres ya que puede afectar a su capacidad para cuidar a su recién nacido. Por eso, es importante continuar con los tratamientos indicados.

No hay que renunciar a la lactancia.

El objetivo es poder conseguir una lactancia natural si así lo desea la mujer mientras la enfermedad se encuentra controlada con tratamientos compatibles. Con una adecuada preparación y supervisión, no tienen por qué aparecer problemas durante los meses de gestación. Sin embargo, la tranquilidad de la paciente es imprescindible y, por eso, se recomienda siempre “hablar con el médico para recibir el apoyo necesario durante todo el proceso y facilitar, en caso de ser necesario, un acceso inmediato a consulta si aparece, por ejemplo, un brote de la enfermedad”.

Nuestro equipo multidisciplinario te puede apoyar para más información   Decálogo realizado con la colaboración de la Dra. Julia Martínez Barrio, del Servicio de Reumatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón