La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia.  

En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia), ya que no se distribuye de la forma adecuada en el cuerpo, por lo que las personas que tienen diabetes y no lo saben o no la tratan tienen más riesgo de problemas renales, infartos, pérdida de visión y amputaciones de miembros inferiores”.  

Diabetes tipo 1

Aparece generalmente en niños, aunque también puede iniciarse en adolescentes y adultos. Suele presentarse de forma brusca y muchas veces independientemente de que existan antecedentes familiares.   Se produce una destrucción de las células que producen la insulina en el páncreas (las células beta) por autoanticuerpos. “Es decir, el organismo ataca a sus propias células como si fueran extrañas“.  

Diabetes tipo 2

Surge en la edad adulta, su incidencia aumenta en personas de edad avanzada y es unas diez veces más frecuente que el tipo 1.

En ella se produce una disminución de la acción de la insulina, de forma que, aunque haya mucha, no puede actuar (la denominada resistencia a la insulina). Su principal causa es la obesidad porque el tejido graso produce determinadas sustancias que disminuyen la sensibilidad de los receptores de la insulina.  

Diabetes gestacional

Durante el embarazo la insulina aumenta para incrementar las reservas de energía. A veces, este incremento no se produce, lo que puede originar una diabetes gestacional. Suele desaparecer tras el parto, pero estas mujeres tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 a lo largo de su vida.  

Síntomas

  • Entre los posibles síntomas de una elevación de la glucosa se encuentran los siguientes:
  • Mucha sed (polidipsia).
  • Sensación de mucha hambre (polifagia).
  • Necesidad de orinar continuamente, incluso de noche (poliuria).
  • Pérdida de peso, a pesar de comer mucho.
  • Visión borrosa.
  • Hormigueo o entumecimiento de manos y pies.

Prevención

En la actualidad no es posible prevenir la diabetes tipo 1, a pesar de los múltiples intentos que se han hecho. La diabetes tipo 2, que es la más frecuente, sí se puede prevenir.

Puesto que la causa más importante es la obesidad, “todas las acciones que tengan que ver con la prevención de la obesidad -evitar el sedentarismo, la comida basura, las bebidas azucaradas…- van a tener un resultado positivo“, afirma que se sabe “que un estilo de vida saludable reduce en un 80 por ciento las posibilidades de tener diabetes tipo 2”.

Una vez que se ha diagnosticado la enfermedad, hay que prevenir la aparición de complicaciones micro y macrovasculares. El seguimiento del tratamiento prescrito, así como de las recomendaciones dietéticas y de actividad física es fundamental para evitar complicaciones como las cardiovasculares, las renales, la retinopatía diabética o el pie diabético. Además, se aconseja la realización de revisiones periódicas, entre las que destacan las siguientes:  

  • Fondo de ojo.
  • Análisis de la función renal.
  • Revisiones de los pies.

Tratamientos

El tratamiento de la diabetes se basa en tres pilares: dieta, ejercicio físico y medicación. Tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de la normalidad para minimizar el riesgo de complicaciones asociadas a la enfermedad.  

La insulina es el único tratamiento para la diabetes tipo 1. hoy en día solo puede administrarse inyectada, ya sea con plumas de insulina o con sistemas de infusión continua (bombas de insulina). La diabetes tipo 2 tiene un abanico terapéutico más amplio. En este caso, a diferencia de los pacientes con diabetes tipo 1, no siempre va a ser precisa la administración insulina. Adoptando un estilo de vida saludable y perdiendo peso, los niveles de glucosa pueden normalizarse. Junto a ello, el uso de uno o más fármacos que ayuden a que la insulina funcione mejor van a ser la mejor opción de tratamiento, el fármaco que se prescriba dependerá fundamentalmente de las características clínicas del paciente. Aunque no hay una dieta específica establecida como tal para la diabetes, la alimentación es un elemento esencial del tratamiento para mejorar el control glucémico, cuya eficacia es similar e incluso superior a la de muchos medicamentos.  

De esta forma, se debe planificar de forma individual las comidas, siempre teniendo en cuenta las características de la persona y el tratamiento que recibe. Te invitamos a consultar a nuestro equipo de Cefami para recibir la dieta y atención adecuada para así mejorar tu calidad de vida.